Durante la semana pasada, concretamente el jueves 14 de mayo, los usuarios de diversos servicios de Google experimentaron fallos y retrasos que afectaron a muy diversos usuarios, que según datos de la propia empresa estima en torno al 14% (uno de cada siete), al producirse un problema durante tareas de mejora y mantenimiento internos.
La incidencia, calificada por Google como “problemas técnicos”, ha sido explicada con detalle en un comunicado. El problema está relacionado con un cambio en los sistemas de redirección IP (Internet Protocol) que determinan los servidores que atienden las solicitudes. Al parecer como parte de una actualización desde el estándar IPv4 al nuevo IPv6 se produjo algún “error” que hizo que parte de los servicios de Google no encontraran el servidor adecuado. Con lo cual las solicitudes no podían ser atendidas, causando la caída de varios de estos servicios.
Como efecto colateral, al no ser atendidos los servicios a través de los servidores principales, el tráfico se derivó hacia servidores en Asia, que resultaron más saturados de los esperados, lo que provocó incluso retrasos en otros servicios. La explicación de Google ha sido un tanto metafórica, sin entrar en detalles, pero parece que está relacionada con la dificultad que entraña la transición de los sistemas de direccionamiento IPv4 a IPv6. Una complejidad que está retardando el paso a IPv6. Aunque Google, que es un decidido impulsor del nuevo estándar, parece decidido a tomar ciertos riesgos, incluso a costa de tropezar en el cambio.